…más de Etiopía

Etiopía quedó atrás y nosotros…..tan contentos.

Es un país que nunca recomendaremos a nadie aunque sea bello y la experiencia halla sido, como siempre enriquecedora pero…. se nos atragantó. Eso sí, hay algo que nos lo ha ido haciendo pasar y tragar de una forma más suave y dulce: los zumos de mango recién echos que en cuánto llegábamos a una aldea un poco grande, nos hacían relamernos de dulzor.

Desde que salimos de Addis Abeba y pedaleamos rumbo sur la cosa se puso más dificil. Hay que saber que éste es un país superpoblado, son unos 70 millones de habitantes y la mayor parte aquí en el sur, viven en los márgenes de las carreteras por lo que hay gente contínuamente, por todas partes.

Cada día ha sido un suplicio pues el tenerlos de contínuo, en cada aldea, pidiendo dinero a gritos al vernos llegar no era plato agradable; niños, mayores, hombres, mujeres, todos. Pidiendo a gritos, incluso a veces cortándonos el paso, tirando literalmente de las bicis para hacernos parar.

Ha sido cotidiano y triste recibir por respuesta cuándo preguntábamos al llegar a un pueblo, por dónde está el mercado, o el lugar de los zumos, que quisieran recibir dinero a cambio de la información….un rollo.

Ahora comprendimos a aquella pareja Belga que hartos, habían subido las bicis finalmente a un autobús para terminar de cruzar el país; o al ciclista Sueco que nos decía cuando lo encontramos en Omán:

-¿Ethiopia? No, olvidarlo chicos, por favor cambiar de planes, ir en otra dirección, os vais a arrepentir, seguro. Ahora, al igual que ellos sólo teníamos ganas de que finalmente se acabara, de llegar a la frontera y punto. Dejarlo atrás.

Un país que nos ha cambiado, nos hemos vuelto más secos, toscos y duros en el trato con la gente hasta el punto de sorprendernos a nosotros mismos por lo desagradables y rudos pero esa es la forma de trato aquí, incluso entre ellos. Al mismo tiempo nos esforzamos en eso del «no juzgar», pues entendemos que su realidad es absolutamente diferente y desconocida para nosotros, que sin conocer realmente, tan sólo percibiendo lo que vemos desde «este lado»…no podemos juzgar a nadie. Uno puede pasar, ver, experimentar, reaccionar, accionar, reír, llorar, pero….. no juzgar cuando desconoce.

Eso sí, Etiopía en bici: nunca más. 

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s